La satisfacción
laboral y el entusiasmo con el que realizan sus tareas los empleados son
factores decisivos para la empresa. La buena (o mala) predisposición de las
personas influye de forma directa en la calidad de los productos o servicios.
.
1.
Asigna correctamente los puestos de
trabajo. Cada trabajador debe ocupar un
puesto adecuado a su perfil.
2.
Hace participar a la gente en la toma de
decisiones. Elton Mayo (1880-1949), psicólogo y sociólogo especializado en
organizaciones, constató que involucrando a las personas en las decisiones, mejoraban
sus resultados. Promueve la comunicación en todas direcciones. Escucha las
propuestas de tu equipo y, de ser posible, ponlas en práctica.
3.
Brinda autonomía. Delegar de forma eficaz genera
confianza en el equipo de trabajo.
4.
Garantiza un ambiente de trabajo positivo. Intenta
mejorar la convivencia laboral.
5.
Brinda oportunidades de desarrollo. Al conocer las áreas de interés de cada
persona, puedes ofrecerles posibilidades para que amplíen sus capacidades o se
mantengan actualizados. Por ejemplo, una maestría paga por la empresa, un curso
de idiomas, entrenamiento en un software específico, etc.
6.
Mejora el lugar físico de trabajo. Garantiza que
tus empleados estén cómodos en el espacio de trabajo, sea una oficina, un
taller, un comercio o una oficina móvil. Esto implica que tengan los elementos
adecuados para realizar sus tareas. Desde una calculadora hasta un correcto
software de gestión.
7.
Negocia los objetivos con tu equipo. Cuando las
metas y los objetivos se establecen en conjunto los trabajadores se sienten más
comprometidos.
8.
No minimices la importancia del salario. El
salario no es un factor que produzca motivación por sí mismo, pero si no es
congruente con el mercado, la actividad, el puesto, e incluso con las
posibilidades de presupuesto de la empresa, será un elemento clave de
insatisfacción, que difícilmente pueda neutralizarse.
9.
Premia a tu equipo por un trabajo bien hecho.
Cuando los objetivos se cumplen, es importante reconocerlo. Hay diversos
incentivos que pueden ser efectivos de acuerdo a los que cada empleado
privilegie: un regalo, un franco extra, días de vacaciones adicionales, una
promoción o un premio económico.
10.
Instaura políticas flexibles. Una de las
ventajas de las pymes, a diferencia de organizaciones de mayor tamaño, es que
puedes conocer a los empleados. Este conocimiento es información valiosa para motivar
a tu equipo de trabajo, pudiendo brindarles flexibilidad dónde más lo aprecian:
horario flexible o adaptado a las necesidades, trabajo desde casa un día a la
semana o teletrabajo, jornada reducida, etc. Sé creativo para encontrar las
políticas que mejor funcionan para tu equipo.
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